Algo de mi 12


Las dos plantas estaban decoradas con mucho mimo, consiguió que la casa no tuviera el aspecto tan frío que tan de moda estaba en aquellos momentos. Huyó de la iluminación con halógenos y apostó por una decoración suave, calida, en la que la toba catalana y la madera reinaban con fuerza.
No sé sabía dónde empezaba su negocio y dónde su casa, para ella todo era su hogar.
Alrededor de la casita disponía de un terreno, pequeño pero lo suficiente cómo para disponer de un par de mesas en la entrada del restaurante, y un pequeño huerto detrás.
Este era mi hobby, siempre cuando llegaba al mediodía me acercaba a mis plantas, teníamos menta, albahaca, romero, unas matas de fresas e incluso nos lanzamos a plantar un olivo.

Las obras duraron 6 meses, en los cuales disfrutó y sufrió a partes iguales, pero por fin en un caluroso septiembre quedó inaugurado el sueño de su vida.

De esta manera me encontré con una nueva etapa en mi vida, Manuel al colegio, mi trabajo al mediodía con Maica y la nueva afición que nació ese invierno después de ver el documental: el Tiro Olímpico.
Un año el del 92 en el cual puse las bases de un cambio decisivo en mi existencia, aunque sin saber lo que ello me deparaba.

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