Algo de mi 14...



En aquel primer encuentro sólo hablamos de temas que en un principio parecían de poca importancia, pero aplaudo la sutileza para conseguir sonsacarme toda la información que le interesaba sobre mí.
Él sabía perfectamente que yo no pertenecía a ningún cuerpo de Seguridad del Estado, por lo tanto lo único que le quedaba por averiguar era si mi afición por el tiro era puro pasatiempo o bien necesidad de entrenarme.
No tenía nada que esconder, así que le hablé de mi descubrimiento fortuito, mis ganas de probarlo y cómo me enganchó desde un primer momento.
Él alabó mi forma de disparar, que según él era elegante y mis movimientos felinos. En ese momento no le di más importancia a sus palabras, para mí no era mas que la anécdota de la jornada. El café duró apenas un cuarto de hora, tenía que ir a trabajar en el restaurante de Maica y no me gustaba llegar con el tiempo justo.
Nos despedimos con un apretón de manos y un hasta otra.

Tardó un mes en volver aparecer, no sé si ese tiempo estuve bajo vigilancia pero es casi seguro que así fue.

Comentarios

  1. Esto se está poniendo cada vez más interesante.

    Besos.

    ResponderEliminar
  2. Te acabo de leer donde Susana(La cueva)...Me gusta ese final abierto y ese punto de tensión.

    Un cordial saludo.

    ResponderEliminar
  3. Saludos América, tienes un blog muy interesante...es para perderse en él.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario