Algo de mí...29


CAPITULO VIII


El conocer y enamorarme de Diego supuso un regalo en mi vida.
Ya llevaba más de dos años separada y hacía algo menos que había realizado mi primer trabajo.
En ese primer año volqué toda mi energía en centrarme en mi nueva vida, por lo cual no eché de menos a ningún hombre; ni sexualmente ni afectivamente.
Ahora con el paso del tiempo soy capaz de ver que llegó en el momento adecuado, yo me había aceptado y el bajón emocional que sufrí al llegar de Bilbao no se repitió con el segundo encargo.
Todo ello me hizo más fuerte, me demostré que podía sobrevivir a mi misma, a mis decisiones.

Habíamos quedado Lourdes, Rosa y yo para salir a cenar e ir al cine; lo que en un principio no tenía que ser más que una salida entre amigas de charlas y risas se convirtió en una noche especial para mí.

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