Algo de mí...37



Tal y como me imaginaba habitaba en un edificio de al menos diez plantas, yo sabía que el vivía en un quinto. Al llegar a la portería comprobé que esta estaba cerrada y solo se habría con el portero automático, pulsé varios timbres y cuándo por fin alguien contestó me limité a decir:

-¡Cartera!

Al ser media mañana la puerta se abrió automáticamente, al entrar comprobé que los ascensores estaban al final de un pasillo lo que no me disgustó, había en total dos y tomé uno de ellos. Sus dimensiones eran reducidas, aunque indicaba apto para cinco personas no creo que lo utilizaran más de cuatro a la vez.
Subí hasta su planta, me bajé y comprobé que había cinco puertas por rellano, me acerqué a la tercera puerta que era la suya y agudicé el oído, no, no se oía nada.

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