Algo de mí...46

Llegué a casa el sábado por la tarde, por suerte no tenía que recoger a Manuel hasta el día siguiente, lo primero que hice fue dejar la bolsa en el suelo e irme a la ducha. El agua corrió por mi cuerpo durante un buen rato, necesitaba sentir como recuperaba mi tranquilidad y ello pasaba por limpiar a fondo mi cuerpo; recurrí al guante de crin y froté vigorosamente cada centímetro de mi piel.
Al acabar vacié la bolsa y me puse a lavar cada prenda que me había llevado, acto seguido me dispuse a limpiar y organizar la casa; acabé exhausta bien entrada la noche en la que pude por fin sentarme en el sofá a leer un rato, enseguida el cansancio acumulado apareció y pude meterme en la cama sabiendo que dormiría en la quietud de mi casa, de mi hogar.

Al día siguiente me levanté descansada y sobre todo con la serenidad suficiente para poder repasar los días pasados en Bilbao viendo los aciertos y errores cometidos, llegando a una única conclusión: mi bautismo de sangre había sido un éxito.

Comentarios

  1. Que bien se duerme cuando el cansancio se acumula.
    Ese ritual antes de meterte en la cama es lo mejor.

    Saludos.

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  2. Ohhhhhh, nada de huellas para los detectives de C.S.I. (no es cuestión de facilitar su trabajo)
    Buenoooooo Tocaya!!!!

    Besitos Querida Amiga!

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  3. Hola Javier, siempre he considerado que hay algo de espiritual en la limpieza.

    Hola Toro, por eso es buena..es meticulosa.

    Hola Susana, otra cosa la podría delatar...pero huellas???
    Demasiado pulcra para ello ;)

    Petons.

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  4. Dormiste en la quietud???vaya huevos!!! yo no pegaría ojo de puro nerviosismo!!

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