Algo de mí...50


-En la caja de seguridad- procedió José- te encontrarás la segunda parte del pago acordado. Creo que vendrán más trabajos, ya te comentaré.

Evidentemente no me esperaba que se preguntase como me encontraba, y aún menos que lo verbalizase, pero aquel tratamiento tan aséptico me dolió; después de todo yo era lo más parecido a su pupila y por ende él mi maestro.

Pero fue una lección que aprendí inmediatamente, yo estaba sola en esto y la prueba más evidente fue la ausencia de sus noticias hasta que no se personó al club.
Al preguntarle por ello obtuve la respuesta esperada:

-Cecilia, sabes perfectamente en lo que te estás metiendo, no esperes que te haga de papaíto.
No te pongas en contacto conmigo, ni esperes que yo lo haga al menos que lo necesite, la visita de hoy se debe a que ha sido tu primera vez.

Por si había albergado alguna duda sus palabras me lo dejaban todo muy claro, en caso de problemas no tendría nunca a quién recurrir.

Comentarios

  1. Cecilia se encuentra sola, como una auténtica profesional que es.
    Sola y su trabajo.
    Tampoco está mal.

    Saludos.

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  2. Pobre Cecilia, hasta los asesinos a sueldo tienen su corazoncito...

    Besos.

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  3. esto promete...

    Por cierto, me gusta más así el aspecto del blog, es muy alegre.

    Besos

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