Albi



El sábado tocó visita a esta ciudad pequeña pero grande en historia, desde cuna del catarismo al nacimiento del pintor Toulouse-Lautrec.
Además posee una catedral, Santa Cecilia, construida en ladrillo que junto al palacio de la Berbie forma parte de los monumentos más emblemáticos de la ciudad.




Aunque la obra de Toulouse-Lautrec no forma parte de mis preferidas, era imposible estar en Albi y no visitar su museo. Así que después de ser atendidos en un castellano casi perfecto por parte del dispensador de los tickets de entrada, nos dispusimos a recorrer el palacio.


Al salir nos esperaba el tipico chubasco de verano, así que ni cortos ni perezosos nos refugiamos en una terraza cubierta y degustamos una ensalada que trabajo tuve para acabarla.


Cuando ceso la lluvia decidimos subirnos al trenecito turistico, cual niños pequeños, para más tarde seguir pateando la bonita ciudad.

Evidentemente no dimos por terminada la visita hasta que no cumplimos el rito de crêpe + té.

Comentarios

  1. ese "broche" es indispensable..

    tiene pinta de ser un lugar tranquilo, para disfrutar lentamente

    besos

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  2. Alucino.
    Debe ser una ciudad encantada.
    Ha aparecido Maria Antonieta en una de tus fotos.

    :P

    Besos.

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